Hay situaciones en nuestra vida cotidiana que para algunos niños puede ser una diversión, como ir de excursión, ir a la nieve, dormir en casa de un amigo… Sin embargo para otros niños les produce miedo y rechazo.
Hay situaciones en nuestra vida cotidiana que para algunos niños puede ser una diversión, como ir de excursión, ir a la nieve, dormir en casa de un amigo… Sin embargo para otros niños les produce miedo y rechazo.
El miedo es una emoción y está relacionado con el instinto de supervivencia. Es útil porque nos ayuda a ser precavidos y protegernos de riesgos y peligros, pero en ocasiones, ese miedo nos bloquea y paraliza. En los niños ese miedo o ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados o aferrarse.
Pero cuando ese miedo o ansiedad se origina de manera inmediata, intensa, dura sobre 6 meses, siendo desproporcionado al peligro real, causa malestar significativo o deterioro en lo social y laboral
No todos tenemos miedo a lo mismo, ni en la misma intensidad. Esto se produce porque generalmente pensamos que nos va a pasar algo terrible (la sombra de la pared parece un monstruo, el viento que sopla es un dragón…) la imaginación puede ser tan potente como para poder verlo y oírlo.
Cuando sentimos miedo o preocupación (ANSIEDAD) nuestro cuerpo reacciona de manera instintiva y nos avisa de diferentes formas:
El corazón empieza a latir con mayor frecuencia.
Nos ponemos colorados
Notamos que nos falta el aire
Nos entra dolor de tripa
Nos sentimos mareados
Nos sudan las manos.